—¡Buenos días! Disculpe… ¿Por qué hora va?
—Pues mire, el último en entrar tenía para las nueve y media.
—¡Santo cielo! Yo tengo para las diez y veinte y ya son y cuarto.
—Sí. Si “la mi hija” me dijo que “el mi yerno” vino ayer con “los mis nietos” y… las uvas les dieron, oiga. Así que…
—Va pa’ largo sí… Bueno… Nos sentaremos entonces…
¡Ay!
—¡Aay...!
NOTA: conversación extraída del libro "Confroncios y pasas largas" de Ismael Ollero.
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